DESAROLLO DE PENSAMIENTO FILOSOFICO
PINTORES DEL ECUADOR
Humberto Moré
(cuyo nombre real era Humberto Lalot
Rivadeneira Plata) nació en la ciudad ecuatoriana de Esmeraldas en 1929.
De formación esencialmente autodidacta, desde niño descubrió la
profunda satisfacción que le producían los colores de los juguetes y en
plena adolescencia empezó a dibujar figuras y fotografías de revistas y a
copiar las tiras cómicas de los periódicos y los anuncios del cine.
En
los años cincuenta comienza a exponer sus trabajos en galerías de arte
de las localidades de Milagro y Guayaquil. Aunque sus primeras obras se
centran en la realización de reproducciones de artistas como Rubens o
Rembrandt, dibujos al estilo de Durero y retratos a la manera de Ingres,
de manera paulatina apuesta por una propuesta conceptual esencialmente
geométrica, con un profundo influjo de la estilización postcubista.
En 1962 tiene lugar un hecho que contribuye a su definitiva proyección: con su cuadro La Libertad obtiene la victoria en el Salón de Julio “Fundación de Guayaquil”.
Poco a poco su nombre va ocupando un papel particularmente relevante en
el ámbito artístico de Ecuador (pese a que apenas salió de Guayaquil),
considerándosele como uno de los grandes pilares en los que se sustenta
la renovación plástica del país (junto a artistas también de procedencia
guayaquileña como Enrique Tábara, Luis Molinari o Estuardo Maldonado).
Humberto Moré es el fundador del movimiento conocido como Signología Funcional,
cuyos principios básicos se sustentan en el uso de rectas, curvas,
círculos y semicírculos para la conformación de todo tipo de figuras,
como fórmula magistral para expresar una nueva concepción del arte y del
artista ante el particular entorno que lo rodea.
La obra de Humberto Moré
es multifacética y difícilmente clasificable: además de su producción
pictórica (cuadros y murales), también realizó distintas esculturas
modulares (hoy desaparecidas) hechas en hierro y hormigón, que adornaron
varios parques de Guayaquil.
Hemos extraído del canal ecuadoracolores un vídeo donde podemos ver algunos ejemplos de su arte.
Humberto Moré
fallece en Cuba en 1984 cuando se encontraba en pleno apogeo creativo.
Más de tres décadas después de su deceso, siempre nos quedará su
formidable legado artístico.
Hace dos décadas que el pintor Humberto Moré falleció. Sin
embargo, su nombre se siente como “un fantasma que nos posee”, refirió
la noche del pasado miércoles el periodista y poeta Fernando Artieda.Él
hizo una semblanza de este artista, en el marco de la exposición
‘Bosques’, que inauguró su hijo, el también pintor Tony Moré, en memoria
de este artista.
Artieda calificó a Humberto Moré como uno de los pintores ecuatorianos
más sabios del siglo XX. Añadió: “Hablar de Moré es hablar de certezas
profundas, de cariños entrañables”. Nacido el 14 de abril de 1929 en
Esmeraldas, Moré creó una serie de teorías sobre la ejecución y la
técnica de la pintura ecuatoriana.
En palabras de Artieda, “Moré logró aunar dentro de sí casi todas las
corrientes del pensamiento plástico contemporáneo y desarrollar una
teoría plástica del Ecuador”. El poeta y periodista concluyó su
intervención refiriendo que para él fue todo un honor “rendir un
homenaje a este hombre que dedicó su vida a lo único que sabía hacer:
crear. Moré creó belleza a través de sus manos y creó un universo de
ilusiones, de sueños y de pasiones colindantes con lo irrealizable.”
Humberto Moré murió de cáncer el 28 de octubre de 1984 en Cuba, país al que viajó para hacerse tratamiento médico.
La muestra
Tony Moré realizó 26 piezas: ocho acrílicos y 18 acuarelas
para esta ocasión. Desde que falleció su padre, cuyo nombre real era
Humberto Lalot Ribadeneira Plata, indicó Moré que ha realizado casi
todos los años una exposición de sus cuadros en tributo a quien, como
él manifestó, “fue uno de los grandes de la plástica y un hombre que se
desvivía por sus amigos”.
El poeta Fernando Cazón Vera se encargó de presentar las obras que integran
Bosques’. Inició su disertación diciendo que la obra de Tony Moré es
luminosa y realista, y que “encuentra en su proyección la razón de lo
lúdico y lo mágico”. Los cuadros que se exhiben son sencillos,
cercanos a la realidad. Un elemento que se repite en sus creaciones son
las flores.
Al respecto Cazón Vera expresó: “Moré parece un agradecido jardinero
que cultiva las mejores flores para su público espectador. Las
agranda, las achica, las hace colgar del aire o del viento, las pone a
navegar en el agua siempre ubicua y hasta es posible que en esa
interrelación de los sentidos nos llegue su fragancia inaudita”.
El artista y su padre
Tony Moré declaró que lo que más admiraba de su padre es que
fue uno de los primeros pintores que “hizo una propuesta plástica al
arte ecuatoriano. Incluso, definió su técnica y su temática con un
nombre, este fue signología funcional”.
El artista señaló, además, que siempre ha tratado de pintar con
técnicas y temáticas distintas a las aplicadas por su padre porque no
quería que la gente pensara que su afán era emularlo. “Aunque mi
pintura es muy distinta a la de él, creo que él fue quien produjo que
yo ame tanto el arte; me enseñó, con el ejemplo, que hay que
entregarse al momento de crear”.
La muestra estará abierta al público hasta el próximo 22 de septiembre.
Puede visitarse de lunes a viernes, desde las 13h00 hasta las 19h00.
La entrada es gratuita.
Oswaldo Guayasamín
(Quito, 1919 - Baltimore, 1999) Pintor
ecuatoriano. Comenzó a pintar y dibujar desde su infancia, y vendía sus
trabajos a los turistas para costearse los estudios. Aunque debió
enfrentar la oposición paterna para hacerlo, finalmente se matriculó en
la Escuela de Bellas Artes de Quito, en la que permaneció durante siete
años y de la que recibió el título de Pintor y Escultor en 1941, siendo
el mejor alumno de su promoción.
Oswaldo Guayasamín
El período durante el cual Guayasamín recibió su
formación estética fue el de mayor auge de la Escuela Indigenista, y la
influencia de esta corriente en el pintor es evidente desde sus obras
iniciales. En 1942 realizó su primera exposición en Quito, que causó
gran escándalo por su marcado carácter de denuncia social. Poco después
se trasladó a México, donde trabajó algunos meses con el gran muralista
Orozco, quien ejerció una importante influencia en la definición del lenguaje estético del joven pintor ecuatoriano.
En 1943 pasó siete meses en los Estados Unidos recorriendo distintos museos a fin de estudiar las obras de
Goya y
El Greco,
entre otros maestros. A comienzos de la década de 1940 trabó amistad
con Pablo Neruda y realizó un largo viaje por Chile, Perú, Argentina,
Bolivia y Uruguay, durante el cual tomó apuntes para su gran serie
Huacayñán
("El camino del llanto"), compuesta por más de cien telas que giran en
torno a la temática del indígena, el negro y el mestizo en América.
La realización de este trascendental trabajo fue
posible gracias al apoyo que le brindó Benjamín Carrión desde la recién
creada Casa de la Cultura. Las telas que integran la serie Huacayñán
fueron expuestas por primera vez en 1952, en el Museo de Arte Colonial
de Quito y, a lo largo del mismo año, en la Unión Panamericana de
Washington y en la III Bienal Hispanoamericana de Arte, realizada en
Barcelona (España), que le concedió el Gran Premio de Pintura.
El padre de Oswaldo Guayasamín era un indígena y su madre Dolores
Calero era mestiza. Su padre (José Miguel Guayasamín) trabajaba como
carpintero y, más tarde, como taxista y camionero. Oswaldo fue el
primero de diez hijos.
Su actitud artística despierta a temprana edad. Antes de los ocho
años, hace caricaturas de los maestros y compañeros de la escuela. Todas
las semanas renueva los anuncios de la tienda abierta por su madre.
También vende algunos cuadros hechos sobre trozos de lienzo y cartón,
con paisajes y retratos de estrellas de cine, en la Plaza de la
Independencia.
A pesar de la oposición de su padre, ingresa a la Escuela de Bellas
Artes de Quito. Es la época de la "guerra de los cuatro días", un
levantamiento cívico militar contra Neptalí Bonifaz. Durante una
manifestación, muere su gran amigo Manjarrés. Este acontecimiento, que
más tarde inspirará su obra "Los niños muertos", marca su visión de la
gente y de la sociedad. Continúa sus estudios en la Escuela y en 1941
obtiene el diploma de pintor y escultor, tras haber seguido también
estudios de arquitectura.
En
1942
expone por primera vez a la edad de 21 años en una sala particular de
Quito y provoca un escándalo. La crítica considera esta muestra como un
enfrentamiento con la exposición oficial de la Escuela de Bellas Artes.
Nelson Rockefeller, impresionado por la obra, compra varios cuadros y ayuda a Guayasamín en el futuro.
Entre
1942 y
1943 permanece seis meses en Estados Unidos. Con el dinero ganado, viaja a México, en donde conoce al maestro
Orozco, quien acepta a Guayasamín como asistente.
También entabla amistad con
Pablo Neruda
y un año después viaja por diversos países de América Latina, entre
ellos Perú, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, encontrando en todos
ellos una sociedad indígena oprimida, temática que, desde entonces,
aparece siempre en sus obras.
En sus pinturas posteriores figurativas trata temas sociales, actuó
simplificando las formas. Obtuvo en su juventud todos los Premios
Nacionales y fue acreedor, a los 36 años, del Gran Premio en la
III Bienal Hispanoamericana de Arte, que se llevó a cabo en
1955 en
Barcelona1 y más tarde del Gran Premio de la
Bienal de Sao Paulo.
Es elegido presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en
1971. Sus obras han sido expuestas en las mejores galerías del mundo:
Venezuela,
Francia,
México,
Cuba,
Italia,
España,
Estados Unidos,
Brasil,
Colombia,
Unión Soviética,
China, entre otros.
En
1976
crea la Fundación Guayasamín, en Quito, a la que dona su obra y sus
colecciones de arte, ya que concibe el arte como un patrimonio de los
pueblos.
En
1978 es nombrado miembro de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de España, y un año después, miembro de honor de la Academia de Artes de Italia.
En 1982 se inaugura en el
Aeropuerto de Barajas
un mural de 120 metros pintado por Guayasamín. Ese gran mural,
elaborado con acrílicos y polvo de mármol, está dividido en dos partes:
una de ellas dedicada a España y la otra a Hispanoamérica.
El 28 de octubre de
1992 recibe el título de Doctor Honoris Causa por parte de la Facultad de Arquitectura y Artes de la
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).
Sus últimas exposiciones las inauguró personalmente en el Museo del
Palacio de Luxemburgo, París y en el Museo Palais de Glace en Buenos
Aires, en
1995.
Logró exponer en museos de la totalidad de las capitales de América, y
muchos países de Europa, como en San Petersburgo (Hermitage), Moscú,
Praga, Roma,
Madrid, Barcelona y Varsovia.
Realizó unas 48 exposiciones individuales y su producción fue muy
fructífera en pinturas de caballete, murales, esculturas y monumentos.
Tiene murales en Quito (Palacios de Gobierno y Legislativo, Universidad
Central, Consejo Provincial); Madrid (
Aeropuerto de Barajas);
París (Sede de UNESCO); São Paulo (Parlamento Latinoamericano en el
Memorial de América Latina); Caracas (Centro Simón Bolívar). Entre sus
monumentos se destacan "A la Patria Joven" (Guayaquil, Ecuador); "A La
Resistencia" (Rumiñahui) en Quito.
Su obra humanista, señalada como expresionista, refleja el dolor y la
miseria que soporta la mayor parte de la humanidad y denuncia la
violencia que le ha tocado vivir al ser humano en este monstruoso Siglo
XX marcado por las guerras mundiales, las guerras civiles, los
genocidios, los campos de concentración, las dictaduras, las torturas.
El padre de Oswaldo Guayasamín era un indígena y su madre Dolores
Calero era mestiza. Su padre (José Miguel Guayasamín) trabajaba como
carpintero y, más tarde, como taxista y camionero. Oswaldo fue el
primero de diez hijos.
Su actitud artística despierta a temprana edad. Antes de los ocho
años, hace caricaturas de los maestros y compañeros de la escuela. Todas
las semanas renueva los anuncios de la tienda abierta por su madre.
También vende algunos cuadros hechos sobre trozos de lienzo y cartón,
con paisajes y retratos de estrellas de cine, en la Plaza de la
Independencia.
A pesar de la oposición de su padre, ingresa a la Escuela de Bellas
Artes de Quito. Es la época de la "guerra de los cuatro días", un
levantamiento cívico militar contra Neptalí Bonifaz. Durante una
manifestación, muere su gran amigo Manjarrés. Este acontecimiento, que
más tarde inspirará su obra "Los niños muertos", marca su visión de la
gente y de la sociedad. Continúa sus estudios en la Escuela y en 1941
obtiene el diploma de pintor y escultor, tras haber seguido también
estudios de arquitectura.
En
1942
expone por primera vez a la edad de 21 años en una sala particular de
Quito y provoca un escándalo. La crítica considera esta muestra como un
enfrentamiento con la exposición oficial de la Escuela de Bellas Artes.
Nelson Rockefeller, impresionado por la obra, compra varios cuadros y ayuda a Guayasamín en el futuro.
Entre
1942 y
1943 permanece seis meses en Estados Unidos. Con el dinero ganado, viaja a México, en donde conoce al maestro
Orozco, quien acepta a Guayasamín como asistente.
También entabla amistad con
Pablo Neruda
y un año después viaja por diversos países de América Latina, entre
ellos Perú, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, encontrando en todos
ellos una sociedad indígena oprimida, temática que, desde entonces,
aparece siempre en sus obras.
En sus pinturas posteriores figurativas trata temas sociales, actuó
simplificando las formas. Obtuvo en su juventud todos los Premios
Nacionales y fue acreedor, a los 36 años, del Gran Premio en la
III Bienal Hispanoamericana de Arte, que se llevó a cabo en
1955 en
Barcelona1 y más tarde del Gran Premio de la
Bienal de Sao Paulo.
Es elegido presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en
1971. Sus obras han sido expuestas en las mejores galerías del mundo:
Venezuela,
Francia,
México,
Cuba,
Italia,
España,
Estados Unidos,
Brasil,
Colombia,
Unión Soviética,
China, entre otros.
En
1976
crea la Fundación Guayasamín, en Quito, a la que dona su obra y sus
colecciones de arte, ya que concibe el arte como un patrimonio de los
pueblos.
En
1978 es nombrado miembro de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de España, y un año después, miembro de honor de la Academia de Artes de Italia.
En 1982 se inaugura en el
Aeropuerto de Barajas
un mural de 120 metros pintado por Guayasamín. Ese gran mural,
elaborado con acrílicos y polvo de mármol, está dividido en dos partes:
una de ellas dedicada a España y la otra a Hispanoamérica.
El 28 de octubre de
1992 recibe el título de Doctor Honoris Causa por parte de la Facultad de Arquitectura y Artes de la
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).
Sus últimas exposiciones las inauguró personalmente en el Museo del
Palacio de Luxemburgo, París y en el Museo Palais de Glace en Buenos
Aires, en
1995.
Logró exponer en museos de la totalidad de las capitales de América, y
muchos países de Europa, como en San Petersburgo (Hermitage), Moscú,
Praga, Roma,
Madrid, Barcelona y Varsovia.
Realizó unas 48 exposiciones individuales y su producción fue muy
fructífera en pinturas de caballete, murales, esculturas y monumentos.
Tiene murales en Quito (Palacios de Gobierno y Legislativo, Universidad
Central, Consejo Provincial); Madrid (
Aeropuerto de Barajas);
París (Sede de UNESCO); São Paulo (Parlamento Latinoamericano en el
Memorial de América Latina); Caracas (Centro Simón Bolívar). Entre sus
monumentos se destacan "A la Patria Joven" (Guayaquil, Ecuador); "A La
Resistencia" (Rumiñahui) en Quito.
Su obra humanista, señalada como expresionista, refleja el dolor y la
miseria que soporta la mayor parte de la humanidad y denuncia la
violencia que le ha tocado vivir al ser humano en este monstruoso Siglo
XX marcado por las guerras mundiales, las guerras civiles, los
genocidios, los campos de concentración, las dictaduras, las torturas.
Guayasamín fue amigo personal de importantes personajes del mundo, y ha retratado a algunos de ellos, como
Fidel Castro y
Raúl Castro,
Paco de Lucía,
François y
Danielle Mitterrand,
Pablo Neruda,
Gabriel García Márquez,
Rigoberta Menchú,
Mercedes Sosa, el
rey Juan Carlos de España y la princesa
Carolina de Mónaco, entre otros.
Recibió varias condecoraciones oficiales y doctorados
Honoris Causa de universidades de América y Europa. En 1992 recibe el premio
Eugenio Espejo, máximo galardón cultural que otorga el gobierno de
Ecuador.
A partir de 1995 inició en Quito su obra más importante, el espacio arquitectónico denominado "
La Capilla del Hombre",
a la cual le dedica todo su esfuerzo. Falleció el 10 de marzo de 1999,
causa de un infarto agudo de miocardio, en Baltimore (Estados Unidos),
aún sin ver finalizado este proyecto.
Ese mismo año se reconoció su labor, de forma póstuma, con: el reconocimiento como "Pintor de
Iberoamérica", el
Premio Internacional José Martí.
2
El padre de Oswaldo Guayasamín era un indígena y su madre Dolores
Calero era mestiza. Su padre (José Miguel Guayasamín) trabajaba como
carpintero y, más tarde, como taxista y camionero. Oswaldo fue el
primero de diez hijos.
Su actitud artística despierta a temprana edad. Antes de los ocho
años, hace caricaturas de los maestros y compañeros de la escuela. Todas
las semanas renueva los anuncios de la tienda abierta por su madre.
También vende algunos cuadros hechos sobre trozos de lienzo y cartón,
con paisajes y retratos de estrellas de cine, en la Plaza de la
Independencia.
A pesar de la oposición de su padre, ingresa a la Escuela de Bellas
Artes de Quito. Es la época de la "guerra de los cuatro días", un
levantamiento cívico militar contra Neptalí Bonifaz. Durante una
manifestación, muere su gran amigo Manjarrés. Este acontecimiento, que
más tarde inspirará su obra "Los niños muertos", marca su visión de la
gente y de la sociedad. Continúa sus estudios en la Escuela y en 1941
obtiene el diploma de pintor y escultor, tras haber seguido también
estudios de arquitectura.
En
1942
expone por primera vez a la edad de 21 años en una sala particular de
Quito y provoca un escándalo. La crítica considera esta muestra como un
enfrentamiento con la exposición oficial de la Escuela de Bellas Artes.
Nelson Rockefeller, impresionado por la obra, compra varios cuadros y ayuda a Guayasamín en el futuro.
Entre
1942 y
1943 permanece seis meses en Estados Unidos. Con el dinero ganado, viaja a México, en donde conoce al maestro
Orozco, quien acepta a Guayasamín como asistente.
También entabla amistad con
Pablo Neruda
y un año después viaja por diversos países de América Latina, entre
ellos Perú, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay, encontrando en todos
ellos una sociedad indígena oprimida, temática que, desde entonces,
aparece siempre en sus obras.
En sus pinturas posteriores figurativas trata temas sociales, actuó
simplificando las formas. Obtuvo en su juventud todos los Premios
Nacionales y fue acreedor, a los 36 años, del Gran Premio en la
III Bienal Hispanoamericana de Arte, que se llevó a cabo en
1955 en
Barcelona1 y más tarde del Gran Premio de la
Bienal de Sao Paulo.
Es elegido presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana en
1971. Sus obras han sido expuestas en las mejores galerías del mundo:
Venezuela,
Francia,
México,
Cuba,
Italia,
España,
Estados Unidos,
Brasil,
Colombia,
Unión Soviética,
China, entre otros.
En
1976
crea la Fundación Guayasamín, en Quito, a la que dona su obra y sus
colecciones de arte, ya que concibe el arte como un patrimonio de los
pueblos.
En
1978 es nombrado miembro de la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de España, y un año después, miembro de honor de la Academia de Artes de Italia.
En 1982 se inaugura en el
Aeropuerto de Barajas
un mural de 120 metros pintado por Guayasamín. Ese gran mural,
elaborado con acrílicos y polvo de mármol, está dividido en dos partes:
una de ellas dedicada a España y la otra a Hispanoamérica.
El 28 de octubre de
1992 recibe el título de Doctor Honoris Causa por parte de la Facultad de Arquitectura y Artes de la
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU).
Sus últimas exposiciones las inauguró personalmente en el Museo del
Palacio de Luxemburgo, París y en el Museo Palais de Glace en Buenos
Aires, en
1995.
Logró exponer en museos de la totalidad de las capitales de América, y
muchos países de Europa, como en San Petersburgo (Hermitage), Moscú,
Praga, Roma,
Madrid, Barcelona y Varsovia.
Realizó unas 48 exposiciones individuales y su producción fue muy
fructífera en pinturas de caballete, murales, esculturas y monumentos.
Tiene murales en Quito (Palacios de Gobierno y Legislativo, Universidad
Central, Consejo Provincial); Madrid (
Aeropuerto de Barajas);
París (Sede de UNESCO); São Paulo (Parlamento Latinoamericano en el
Memorial de América Latina); Caracas (Centro Simón Bolívar). Entre sus
monumentos se destacan "A la Patria Joven" (Guayaquil, Ecuador); "A La
Resistencia" (Rumiñahui) en Quito.
Eduardo Kingman
Hijo del Dr. Edward Kingman y de doña Rosa Riofrío, es el segundo de
tres hermanos, siendo su hermano menor el reconocido novelista lojano
Nicolás Kingman Riofrío. Fue matriculado en la escuela Juan Montalvo donde realizó la primaria. Inicio sus estudios artísticos con
Víctor Mideros en la Escuela de Bellas Artes de Quito. Otros estudios lo llevaron a
Venezuela,
Perú ,
Bolivia y finalmente en
Estados Unidos, donde estudió en el
San Francisco Art Institute, de
California (1945-1946).
Carrera artística
En 1933 expuso con
Antonio Bellolio
en la última muestra de Allere Flamma, al año siguiente hizo varios
cuadros que vendió en el salón municipal “Mariano Aguilera” de
Quito.
En 1939 asistió a
Camilo Egas con pinturas y decoraciones para el pabellón de Ecuador en la
Exposición Mundial de Nueva York.
En 1945 Kingman fundó la
Galería Caspicara de Quito. A partir de este momento sus grabados y pinturas originales fueron exhibidas internacionalmente en ciudades como
París,
Washington D.C.,
San Francisco,
Ciudad de México,
Caracas y
Bogotá.
En junio de 1946 expuso en el
Museo de San Francisco. La revista Time le coloca entre los grandes pintores de
Hispanoamérica, luego fue a
Nueva York y expuso en la Unión Panamericana de
Washington.
En 1949 expuso en el
Museo de Arte Colonial veintiséis oleos con motivos populares y colores frescos, briosos, alegres.
En 1955 expuso en
Guayaquil; en 1956 en
Bogotá y en
Caracas; en 1974 en la
Maxwell Gallery de
San Francisco.
Por un período de veinte años Eduardo Kingman ocupó el cargo de
profesor director de la Escuela de Bellas Artes de Quito, así como
Director del
Museo de Arte Colonial de Quito.
3
Cerca del final de su carrera, Kingman fue honrado con una exposición con su arte en las
Naciones Unidas,
Nueva York.
Reconocimientos
En 1963 obtuvo el primer premio del quinto salón de Artes Plásticas.
En 1959 ganó el primer premio en el “Mariano Aguilera” con “Yo el prójimo”, visión aterradora de un mundo en crisis.
En 1973 le fue concedida la medalla al mérito Artístico de la
Municipalidad de Guayaquil y en 1975 la condecoración Nacional al Mérito con el grado de Comendador.
Tendencia artística
Su carrera comenzó como
pintor expresionista por sus ideas político-sociales. El tema del dolor y maltrato del
indígena,
ocuparía en gran parte la tendencia de este artista. Se hizo célebre
por las grandes y poderosas manos de sus personajes, símbolo
desasosegado de fuerza. El tema de las manos, se repite en casi todos
sus cuadros, esto le ha ganado la reputación de ser “el pintor de las
manos”.
OBRAS DE KINGMAN
Mirada hacia el Sur 1981
Estas manos estan atadas podríamos decir que es el resultado realizado del trabajo forzado y que llaman por una libertad justa.
Fin de Fiesta 1941
Fin
de fiesta este es una realidad que todavía persiste en algunas
comunidades los esposos por lo general toman hasta emborracharse y se
quedan tirados en el camino y las mujeres tienen que esperar hasta que
se despierten.
La Hora Obsura 1965
Esta
pintura nos demuestra el maltrato al indígena que solía ser con
frecuencia en las haciendas, las marcas causadas por el látigo son el
recuerdo de un mundo lleno de injusticia. Tránsito Amaguaña en una de
sus entrevistas expreso "Los patrones una lástima pegaban a los
indígenas desnudos".
Jorge Vaca
Jorge
Vaca
Entre lo Real y lo Irreal
Un signo de Arte.
Jorge Vaca
El significado de arte viaja más allá del pensamiento común o una simple
inspiración. Para definir el arte hay que hacer un esfuerzo
“Metafísico”.
Creo fervientemente que el arte elige al artista, y que se es artista
por la intensa vida misma llena de experiencias, sensaciones y
conocimientos a través del tiempo, mas no, por la acción de pintar,
cantar o bailar.
En gratitud a la vida, devuelvo con toda mi energía, el color que me
llega a raudales, para componer un poema, al amor que me brindó la
existencia.
Titulo: La leche de la mujer amada
Dimensiones: 120 cm x 90 cm
Técnica : Acrílico sobre lona
2013
Titulo: desnudos entre lo real e irreal
Dimensiones: 120 cm x 90 cm
Técnica : Acrílico sobre lona
2013
Jorge Vaca
Sobre la pintura de Jorge Vaca Me sorprende su pujanza, esa increíble
capacidad de explorar los extremos del concepto y la técnica en el arte.
Su atrevimiento conceptual al feminizar los objetos tiene una
particular atracción estética. El explorar bajo la bandera de la
creatividad le da permiso conceptual de ser irreverente. Fondo y forma,
técnica y concepto como verdades indisolubles; a Jorge le sobra energía
para saber que a pintar se aprende pintando, que el oficio es el único
maestro que te da la excelencia en la plástica. Jorge Vaca busca y hasta
se pierde intentando encontrar la salida al laberinto pictórico y va
por el coloreando lo que ve, como un niño mágico en un país de
maravillas. .
Rubén Molina
Artista Multiexpresivo
Titulo: Cuerpo de Vino
Dimensiones:120 cm x 90 cm
Técnica : Acrílico sobre corosil
2013
Titulo: Fémina
Dimensiones: 200 cm x 140 cm
Técnica : Acrílico sobre corosil
2013
Camilo Egas
Camilo Egas (
Quito,
1889 -
Nueva York -
1962) fue un pintor ecuatoriano.
Se formó como pintor en la escuela de "Bellas Artes" de Quito y en
las academias Real de Roma y asia, San Fernando de Madrid y Colarroisse
de París. Al regresar de
Europa tuvo la intención de radicarse Ecuador y pintó cuadros precursores del
indigenismo.
Desde 1927 hasta su muerte se radicó en Nueva York. Entre 1935 y 1962
ocupó el cargo de director de la Escuela de Pintura de la
New School for Social Research. Entre sus alumnos, se encuentra el escultor
Arnold Henry Bergier.
L a evidente necesidad de romper la
brecha entre realidad y apariencia (o ficción), es lo que lleva a la
realización del documental Camilo Egas, un hombre secreto, dirigido por
Santiago Carcelén y la intención de descubrir o poner en evidencia una
verdad histórica sobre la vida artística del pintor ecuatoriano.
El punto de partida de Carcelén fue constatar tal
vez los vacíos o enigmas alrededor de la figura del pintor y tratar de
situarlo, en estricto rigor, como el indiscutible iniciador del
indigenismo en el Ecuador, aquella corriente estética y pictórica que
revolucionó y renovó la plástica ecuatoriana. En ese sentido es un
auténtico enfoque documental por la prolijidad y cuidado al ir
exponiendo los hechos, sustentados por voces expertas de profesionales e
investigadores del arte y la entrevista nuclear a Eric Egas, hijo del
artista, hecha en Nueva York.
Desde el mismo comienzo del documental –ahí está la
visión introspectiva del director– hemos podido embarcarnos en un viaje
concreto y emotivo (el documental es un road movie), que consiste en
visitas sucesivas primero a la casa del hijo y después de su madre, la
señora Alice Nielsen, otra al departamento del pintor y una más al
Instituto New School donde ejerció por muchos años la docencia.
La cámara tiene la virtud de recrear los momentos
más importantes de esta vida singular y única, desde que un Egas día
decide convertirse en un migrante permanente y viaja a Italia en 1910 en
goce de una beca oficial que se interrumpe abruptamente por el
asesinato del presidente Eloy Alfaro en 1912. Cuando regresa en 1914,
Camilo Egas pone en juego todo lo que pudo aprender y obtiene sendos
reconocimientos al ganar una medalla de oro con su cuadro Las Floristas
en 1916 y el Mariano Aguilera en 1918 con la obra Los Sahumeriantes, y
la cátedra de dibujo en la Escuela de Bellas Artes.
En 1920 viaja a España y regresa dos años más tarde
para trabajar, por pedido, catorce cuadros que se ubican en la
biblioteca de la Circasiana de Jacinto Jijón y Caamaño. Se afinca un
tiempo en París y conoce de cerca la obra de Picasso y las nuevas
corrientes estéticas de ese momento. Al aproximarse a esta realidad y
confrontarla con la suya propia, se reafirma en su indignación contra el
autoritarismo, la guerra y la deshumanización que percibe del sistema.
El punto crucial del documental tal vez sea la
recuperación de los hechos alrededor de la elaboración de un mural que
debía exhibirse en la Feria Mundial de Nueva York, en 1939, y que fuera
posteriormente destruido por órdenes estrictas del Gobierno ecuatoriano,
a través del canciller Julio Tobar Donoso y del cónsul en Nueva York
Sixto Durán Ballén. A Camilo Egas se le retira el pasaporte oficial bajo
el cargo de “atentar contra la imagen del país” (el mural representa a
los indígenas en su mayor estado de pobreza) y hacer uso indebido del
documento. El mural exhibía, efectivamente, imágenes de indios e indias
en sus circunstancias de vida, que es lo que indignó a las autoridades.
Al mismo tiempo que esto ocurría con el
compatriota, el Alcalde Fiorello La Guardia, le entregaba las llaves de
la ciudad a la que había servido como profesor y artista, desde 1930.
Este fue un hecho que marcó la sensibilidad del pintor y, de acuerdo al
punto de vista del documental, orientó su trabajo hacia otra dirección
estética. Después de 1940 es el surrealismo, nos dice Carcelén, la
tendencia que se asienta en su producción y que muestra la angustia y
desolación como se percibe en los cuadros Estudio en la Calle 14, Hell o
Paisaje surrealista, entre otros.
En 1956 regresa al indigenismo y presenta una
última exposición en el Ecuador “que le da una nueva carga de energía” y
lo hace renacer, tal como sostiene el pintor Nicolás Svistoonoff.
Camilo Egas muere el 18 de septiembre de 1962 en Nueva York y sus
cenizas fueron arrojadas al río Hudson. SR